Adicción a internet y nuevas tecnologías
En la era de las nuevas tecnologías no podemos negar su gran
utilidad y los múltiples beneficios que se derivan del buen uso de estas
herramientas. Pero existe un segmento de población en riesgo de caer en mal uso
de estas nuevas tecnologías. Nos referimos a personas con una verdadera
dependencia o incluso una verdadera adicción.
Aunque en ocasiones nos es fácil diferenciar donde acaba un
uso racional y donde empieza una conducta adictiva nos podemos guiar por una
serie de criterios. El primero sería la pérdida de control, es decir, la
persona utiliza la tecnología con mayor frecuencia o con mayor tiempo al que
ella desea.
Un segundo criterio sería que la conducta se mantuviera a
pesar de que comportara consecuencias claramente negativas. Como perdidas de
horas de sueño, abandono de actividades familiares o sociales, problemas
laborales, descuidos de compromisos contraídos, etc.
A partir de estos dos grandes criterios habría unas series
de signos de alerta como podría ser una excesiva preocupación por estar
conectado, malestar si algo impide la conexión, o una necesidad de mentir
respecto al tiempo o el sitio de conexión.
Debemos de pensar que cualquier que proporciona estímulos
placenteros o que nos alivia un malestar, es decir, nos alivia la ansiedad o
nos cubre una sensación de vacío puede convertirse en adictiva.
En este sentido internet en general, posee sobradamente esta
capacidad. Y dentro de internet existe aplicaciones que son adictivas por ellas
mismas, redes sociales como facebook, sistemas de mensajería o de chat como
Whatsapp, juegos especialmente los que se juegan en tiempo real y ofrecen
sistemas de recompensas, sexo, compras, etc.
Pero cuales son los perfiles de personalidad especialmente
vulnerables.
En primer lugar las personas con rasgos impulsivos, que se
manifiesta por la necesidad de satisfacción inmediata, la baja tolerancia a la
frustración y al aburrimiento y la tendencia a la búsqueda de sensaciones
novedosas.
Un segundo perfil vendría constituido por individuos con cierta retracción social, con
un carácter introvertido y baja autoestima. Miedo a la desaprobación de los
demás, que se encuentran más a salvo en las salvaciones virtuales que en las
reales.
Finalmente un tercer grupo sería el perfil obsesivo,
personas que no toleran la incertidumbre, o con falta de control y necesitan
revisar obsesivamente los correos, los mensajes o el estado de las redes
sociales por si ocurre algo que deberían de saber o conocer.
Cada vez son más los dispositivos móviles que tenemos gracias entre otras cosas al bajo precio al que se ofrecen los mismos en páginas como Electrodomésticos baratos online
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Estos perfiles no son excluyentes, pueden combinarse entre
ellos en un mismo individuo agravando el riesgo adictivo. ¿Cómo debemos actuar
ante una excesiva dependencia tecnológica?
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